+34 609 087 067
La historia de Córcega se remonta 8 millones de años atrás, al inicio de la Era Nurágica, era que debe su nombre a los nuragas, torres o fortalezas que parecen falsas cúpulas. Aún se conservan algunas de las casi 8.000 nuragas que poblaron la isla y que hoy son uno de sus símbolos más reconocidos.
Situada en el corazón del mediterráneo occidental, Córcega nos sorprende con un impresionante patrimonio histórico y cultural y una exquisita oferta gastronómica mezcla de las cocinas italiana y francesa con algunos toques especiales de la isla. No puedes perderte las sopas de pescado con su toque de alioli. Además de la buena pizza, el buen vino, los embutidos locales como la coppa y las ensaladas con queso francés.
A 150 km. de Niza en la Costa Azul, se encuentra esta isla francesa, la más pequeña del Mediterráneo occidental a la que los griegos llamaron “la sublime” y los franceses “Isla de belleza"
Córcega es un increíble mosaico de paisajes naturales infinitos. Puede decirse que Córcega es una montaña en el mar, con cumbres que superan los 2000 metros de altura – el punto culminante está a 2710 metros -. Y posee un patrimonio natural único, de hecho, muchas de sus riquezas naturales han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además, en un intento por conservar su esplendor natural, apuesta por un turismo sostenible, evitando el turismo de masas. De hecho, en el litoral corso no existen esas grandes cadenas hoteleras ni esos enormes edificios de bloques que destruyen el paisaje.
Pero la riqueza natural de Córcega no se reduce a sus montañas. También están los bosques de pinos que rodean lagos de altitud, los pastos alpinos, los viñedos, los 25 ríos que la recorren… y los más de 1000 kilómetros de un litoral variado, con 200 playas de arena fina.
La Costa oeste es la más salvaje, la más abrupta, con profundos acantilados de pórfido rojo y de caliza blanca y cañones de granito; y la costa este está recorrida por la larga planicie de Aléria… Evidentemente, Córcega posee la topografía más variada de las islas del Mediterráneo. También una fauna y una flora única y frágil, con bastantes especies endémicas. Una riqueza natural que hay que preservar, por lo que dos tercios de la superficie de la isla son Parque Natural Regional, con cinco Reservas Naturales y un Parque Marino Internacional.
Su agradable clima mediterráneo atrae durante todo el año a miles de turistas. Sorprendentemente, Córcega es un destino ideal para practicar esquí en sus cumbres con nieves permanentes.
El norte de la isla es menos turístico, tal vez más auténtico, con una gran variedad de paisajes: montañas, playas, ciudades y pueblos pintorescos. Corte, en el centro; Bastia, en el noreste; y Calvi, Porto y la Isla Rousse, en el noroeste.
En cambio, el sur es más conocido, tiene una mayor afluencia de turistas, aunque también una gran variedad paisajística. Entre las ciudades más importantes, se encuentra Bonifacio, la más meridional de las urbes de la isla y también la más concurrida por su increíble belleza, ya que se encuentra situada en unos altos riscos de piedra blanca calcárea y granítica que forman acantilados espectaculares. Mirando a Cerdeña – a sólo 12 km -, el Cementerio Marino, uno de los lugares más visitados (desde él hay unas hermosas vistas de la ciudad). Y las Islas Lavezzi, reserva natural protegida, con aguas azul turquesa y un faro como única construcción.
Después está Ajaccio, villa portuaria, la capital de Córcega. Aquí nació y vivió Napoleón Bonaparte. Ajaccio ofrece un interesante patrimonio a los visitantes. Destaca la Punta de la Parata y las islas Sanguinarias, hermosísimas cuando se pone el sol. Y entre Ajaccio y Calvi, siguiendo la costa oeste